Y la música vocal cedió el turno a los metales, a las maderas y a los instrumentos de percusión. Si el domingo 16 la casa salesiana de Las Palmas acogió la clausura de la III Semana Canaria de Música Coral, dos días más tarde recibía a más de quinientos invitados que no quisieron perderse el concierto de Navidad que ofrecía la Unidad de Música del Mando Aéreo de Canarias (MACAN).

Tras el aparato escénico, la sobriedad y la disciplina propios del ejército, se ocultaba una sensibilidad exquisita que iba brotando brotaba nota tras nota, partitura tras partitura, al compás de la batuta del teniente David Llano Díaz.

El concierto contó con dos momentos bien diferenciados. En la primera parte dominaron las piezas clásicas para banda: la marcha de la Suite n.º 2, de G. Holst; la conocidísima Canción del olvido, de J. Serrano, o la obertura del Barón Gitano, de J. Strauss, entre otras. La interpretación de las Czardas de Monti, con un magistral solo a xilófono interpretado por el sargento músico Jerónimo Morales, hizo las delicias del público y cerró este primer acto. En el intermedio, el general jefe del Mando Aéreo de Canarias, Fernando de la Cruz Caravaca, hizo entrega al director de la casa salesiana, José Carmelo Pulido, de un recuerdo en señal de agradecimiento por la acogida y todas las facilidades prestadas.

La segunda parte tornó hacia un estilo más propio de estas fechas, con la interpretación de la polka Tritsch-Tratsch y de la Marcha Radetzky, piezas ambas inexcusables en el concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, así como del White Christmas y del pasodoble Islas Canarias, que provocó el aplauso espontáneo del general jefe del MACAN, que presidía el acto.

Concluyó el concierto que la Unidad de Música del Mando Áereo de Canarias ofrecía a la sociedad canaria con la interpretación, en los bises, de La Banderita, con el acompañamiento espontáneo del público en sus partes cantadas . Cerró el acto, como no podía ser de otra forma, el himno nacional de España.