Atravesar el atrio de la parroquia de Santa Catalina de Alejandría y acceder a su interior es, per se, una experiencia estética difícil de igualar en la ciudad de Las Palmas. Pocos templos hay en la ciudad como el que diseñó el arquitecto Fernando Navarro a principios del siglo XX para el colegio de las religiosas del Sagrado Corazón. Y pocos tienen la acústica que realzó más aún en la tarde de ayer la clausura de la III Semana Canaria de Música Coral.

Escuchar en tal marco a seis corales polifónicas, entre ellas alguna con premios nacionales, fue todo un privilegio. El programa recogía piezas principalísimas de la música navideña, tanto de la tradición clásica como del folklore popular canario. Así, entre las primeras se escucharon el espiritual Glorius Kingdom o el Ave Regina Coelorum, y entre las segundas El Burrito Sabanero o el Arrurru (esta última, en dos versiones).

El concierto contó con dos momentos musicales especialmente vibrantes. Tras interpretar una soberbia versión del Jingle Bells, con unos «irreconocibles» arreglos de Ben Parry, el coro de cámara Ainur entonó las dos primeras estrofas del Silent Night (Noche de paz), que el público siguió cantando al unísono en la versión castellana.

Homenaje a la maestra Inmaculada Egüés

El segundo momento cargado de emoción fue la interpretación del Adeste fideles por las seis corales, al unísono y sin previo ensayo. Si unas ochenta voces, perfectamente afinadas, pueden sacar por sí solas el máximo esplendor a las estrofas que John Francis Wade musicara a mediados del XVIII, más si cabe brillaron ayer gracias a la fuerza que les imprimía Inmaculada Egüés, auténtica inspiradora y maestra de canto de muchos de los allí presentes. Lo que no sabía la religiosa dominica, natural de Navarra pero afincada en las islas Canarias desde los años setenta, es que el concierto había sido concebido, sin su conocimiento, como agradecimiento a su labor durante tantas décadas de fomento de la música coral en la isla. El aplauso se prolongó, tras el último acorde, en homenaje a la maestra Egüés y a todos los que colaboraron anoche para que ayer en Salesianos Las Palmas quedara práctica y musicalmente inaugurada la Navidad.