Hoy es 6 de mayo. En el calendario salesiano aparece como festivo: celebramos la fiesta de santo Domingo Savio, el adolescente que fue capaz de alcanzar máximas cotas de santidad gracias a la guía de Don Bosco.

En Salesianos Las Palmas hemos elegido a Domingo Savio como titular del grupo de alumnos mediadores que viene funcionando desde el curso pasado. «Es una forma adecuada de actualizar la figura de este santo, que lecturas tan diversas ha tenido en este siglo y medio de existencia: modelo de virtudes cristianas, ejemplo de santidad juvenil sencilla y accesible a todos… Si hubiera vivido en nuestros días, Domingo Savio sería el líder del grupo de mediadores de cualquiera de nuestros colegios», afirma José Carmelo Pulido, director de la casa salesiana de Las Palmas.

En efecto, santo Domingo Savio fue en el Oratorio de Valdocco un auténtico mediador, acercándose a los muchachos menos integrados, o incluso intercediendo entre varios cuando la situación estaba a punto de estallar. Algunos episodios –que hoy se han recordado en los Buenos Días de ESO y Bachillerato– lo corroboran:

En cierta ocasión, Domingo Savio supo de una pelea entre varios oratorianos que, tras insultarse, habían quedado en un descampado para dirimir la disputa a pedradas. Domingo, al enterarse del día y la hora, se presentó allí y, interponiéndose entre los dos muchachos, evitó que empezasen la riña y logró que depusiesen su actitud.

Del mismo modo, Don Bosco narra otro episodio en la biografía que él mismo escribió sobre el joven santo. Tiene que ver con un alumno poco integrado, al que Domingo Savio va acercándose y acompañando hasta que consigue integrarlo en la normalidad del Oratorio.

Esta es la labor de los actuales mediadores, tan en la línea de la tradición salesiana: procurar un clima de convivencia positivo que mitigue los posibles conflictos entre los alumnos, y facilite la integración y participación de todos en el día a día de la vida escolar. Algo que parece un hallazgo de la pedagogía contemporánea ya era algo habitual en la experiencia educativa de Valdocco, de la que Domingo Savio se empapó hasta el punto de llegar a convertirse en fruto escogido del sistema preventivo de Don Bosco.