El pasado viernes día 26 de abril la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) celebró un solemne acto académico para conmemorar el trigésimo aniversario de su fundación, allá por 1989. En representación del colegio salesiano Sagrado Corazón de Jesús, fueron invitados el profesor Adramis Ruiz, y dos alumnos: Javier Martín y Miranda Díez. Los tres esperaban con ilusión poder conocer personalmente al escritor peruano Mario Vargas Llosa, que tenía previsto pronunciar la conferencia central del acto. Sin embargo, el Nobel de Literatura hubo de cancelar su presencia en la isla unos días antes, por prescripción médica, según anunció la propia universidad. En su lugar, el también escritor y académico peruano Alonso Cueto, miembro de la Cátedra Vargas Llosa, disertó sobre «La universidad y su papel transformador de la sociedad», y ensalzó los centros universitarios como lugares necesarios porque «ofrecen muchas veces lo que la sociedad nos niega: un lugar y un tiempo donde detenernos a pensar, contemplar, imaginar, crear y vivir una vida más y plena que la que está, con frecuencia, lejos de sus paredes». Para el ponente, asimismo, la universidad es «un lugar donde estar con nosotros mismos y pensar en la vida y el mundo, no solo en el de hoy, sino en el de todos los tiempos». Y añadió una singular comparación: las universidades, los museos y las iglesias se parecen porque «se han diseñado para detenerse y profundizar en la experiencia. Son espacios de refugio y, a la vez, de proyección, devoción y búsqueda».

Antes de que el profesor peruano tomara la palabra, lo hizo de modo institucional Rafael Robaina, rector de la ULPGC, quien ensalzó con cifras los logros de la institución superior en estas tres décadas de existencia: más de cien titulaciones en la actualidad, y sesenta y cinco mil titulados en estos treinta años. Destacó igualmente el hecho de que las áreas de Turismo, Veterinaria, Ciencias del Mar y Economía aparezcan en 2018 en un lugar relevante según el ranking Shanghai.

En el acto hubo cabida para intervenciones de otro orden. Las rimas del conocido poeta, verseador y profesor universitario Yeray Rodríguez Quintana –con quien nuestros representantes pudieron fotografiarse– hicieron las delicias de los asistentes, al igual que las voces del grupo Rainbow Gospel Choir, que cerró el acto interpretando el himno universitario Gaudeamus igitur bajo su original impronta: a ritmo de góspel.