
Por: José Antonio Perdigones Bautista, sdb.
El pasado viernes, día 21 de febrero, la Casa Salesiana de Las Palmas vivía un momento histórico. Tras ocho meses en obras, tenía lugar la reapertura al culto de la Parroquia Santa Catalina de Alejandría.
La celebración de la Misa Solemne en Acción de Gracias estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Canarias, don José Mazuelos Pérez, y concelebrada por los miembros de la comunidad salesiana y otros sacerdotes pertenecientes al arciprestazgo.
En una parroquia a rebosar, en un ambiente de gran alegría, y perfectamente exornada de flores con los colores pontificios, amarillo y blanco, se desarrolló la celebración, animada musicalmente por el coro de catequistas y animadores. En la liturgia participaron miembros de todos los grupos de la Casa, además de un buen número de monaguillos y acólitos.
En la homilía, el Obispo tuvo “palabras de felicitación a la familia salesiana por ser una comunidad cristiana muy viva, además por el magnífico resultado final de dichas obras, que permite tener un templo hermoso, perfectamente decorado, muy iluminado y que ayuda a la oración, de la mano de la Virgen María Auxiliadora. El excelente resultado de las obras es una riqueza para la Casa Salesiana y para la Diócesis.”
Al final de la celebración, el director de la Casa, José Antonio Perdigones Bautista, agradecía el trabajo realizado por tantas personas para poder llevar adelante este gran proyecto, destacando de una manera especial la generosidad de Doña Eva Tábara Mayo, que gracias a su aportación económica se ha podido afrontar estas obras.
Asimismo, el director explicó en qué había consistido las obras: cambio del suelo y adecuación del mismo para evitar humedad, instalación eléctrica nueva con una nueva disposición de focos y lámparas antiguas que tenía la iglesia, pintura de todo el templo y restauración de la pared en muchas zonas, sonido nuevo, ampliación de la puerta principal, restauración de puertas y ventanas, además de la colocación del sagrario en el centro del altar mayor. Y por último, la confección de un retablo en el lateral del templo para la imagen del Santísimo Cristo del Amor; el retablo fue bendecido por el señor Obispo al final de la celebración.
La jornada terminaba con un “brindis” en el patio del Sagrado Corazón de Jesús, para todos los asistentes.
Una jornada muy esperada por todos y que se vivió con gran alegría y expectación.
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