El 20 de febrero se hizo realidad al fin un sueño acariciado largamente por las religiosas del Sagrado Corazón de Jesús y las antiguas alumnas del colegio de Tafira Baja: la imagen de Mater Admirabilis volvía a la casa madre de su congregación en Gran Canaria.

Las religiosas del Sagrado Corazón fueron las fundadoras, a finales del siglo XIX, de la casa del mismo nombre que actualmente se erige en pleno centro de la ciudad de Las Palmas. Tras dejar la casa en manos de los salesianos, marcharon temporalmente de la isla, llevando consigo uno de sus tesoros más grandes: el cuadro de Mater Admirabilis, patrona de su congregación. A su regreso, años más tarde, fundaron el actual colegio del Sagrado Corazón, en Tafira Baja. Tantas y tantas generaciones de aquellas niñas que se educaron en ambas sedes rezaron a la Madre de Dios bajo este título, como hoy lo hacen los hijos de Don Bosco ante la Auxiliadora.

Han pasado casi cien años, y las pocas religiosas del Sagrado Corazón que quedaban en Tafira abandonan definitivamente la isla, destinadas por sus superioras a otras casas de la congregación. Pero querían que permaneciera para siempre la imagen de «Mater» en la que había sido su primera casa. Así lo expresaba el documento de donación firmado por la superiora provincial, sor Teresa Alcón, firmado en Madrid el pasado ocho de febrero, fruto de las gestiones realizadas por la Madre Jerónima.

 

Acto de bienvenida

En la eucaristía de mediodía de ayer miércoles, presidida por el consiliario del colegio de Tafira, Luis María Guerra, se congregaron muchas antiguas alumnas del mismo. Entre ellas, había incluso quien afirmaba que entre sus antepasadas se encontraba alguna exalumna de la primitiva sede.

El cuadro de Mater Admirabilis ya colgaba en un lugar privilegiado de la parroquia de Santa Catalina, no sin antes haber sido sometido a una delicada restauración por parte de las religiosas.

El párroco y director de la casa salesiana, José Carmelo Pulido Morales, agradeció la donación a las religiosas presentes y a todas las antiguas alumnas, y comparó la presencia de Mater en la parroquia salesiana con la tradicional imagen que gusta tanto a los hijos de Don Bosco: sentirse cubiertos por el manto de la Virgen al entrar en una casa salesiana.

 

¿Quién es Mater Admirabilis?

El monasterio romano de Trinità dei Monti fue fundado en el siglo XV por san Francisco de Paula, general de la orden de los franciscanos mínimos. En 1828 se le entregó a las religiosas del Sagrado Corazón, de acuerdo con los deseos del papa León XII, convirtiéndose en centro de irradiación de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, santuario mariano y centro de educación para la juventud.

Pocos años después, en 1844, una joven francesa, Paulina Perdreau –que más tarde profesará como religiosa del Sagrado Corazón– manifestaba a la superiora del monasterio el deseo de «hacer venir a la Santísima Virgen» pintando su imagen en uno de los muros del claustro. El resultado fue la pintura que empezó a conocerse como la «Madonna del lirio», y que hoy se conoce universalmente como Mater Admirabilis. Fue el papa Pío IX quien, al visitar el monasterio y ver la imagen exclamó: «Verdaderamente es Mater Admirabilis».

La imagen, en cientos de copias, fue difundida por las religiosas a lo largo y ancho del mundo. Una de ellas es la que desde ahora vuelve a venerarse en la que fue su primera capilla en Las Palmas.