Varios representantes de la casa salesiana de Las Palmas de Gran Canaria participaron el sábado 8 de junio en la Asamblea Diocesana de Laicos, con la que prácticamente se ha dado por clausurado el presente curso pastoral. Durante este año, la diócesis de Canarias ha estado empeñada en reflexionar y potenciar el compromiso de los cristianos seglares, en el marco de su Plan Diocesano de Pastoral (PDP) que ha llevado por lema «Laicos para la misión». Durante todo el curso se han sucedido intervenciones, reuniones, momentos para el diálogo, documentos para la reflexión y el diálogo en tal sentido.

Como conclusión de todo el trabajo realizado, en la víspera de Pentecostés –día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar–, la catedral de Santa Ana acogió esta magna asamblea eclesial, en la que participó cerca de un millar de participantes. Entre ellos, por parte de Salesianos Las Palmas, se pudo ver a José Carmelo Pulido, Ángel María Muñoz, José Juan Díaz, Maria Elisa Cuyás, Miriam Tejera, Vivi Lorenzo y Miguel Ángel Moreno, además de algunos feligreses de la parroquias de Santa Catalina y de María Auxiliadora.

Durante la mañana se presentó la síntesis de las aportaciones recibidas en el obispado canariense sobre los cinco núcleos que hoy día preocupan a esta Iglesia diocesana: la soledad, las familias, los jóvenes, los pobres y la sociedad en general. A continuación se hizo una reflexión sobre toda la tarea pastoral que se está llevando a cabo, sobre la necesidad de cambiar el estilo pastoral en las claves que está marcando el papa Francisco desde los inicios de su pontificado, y sobre las prioridades a las que se debe ir dando respuesta desde el compromiso cristiano.

A mediodía, mientras en la plaza de Santa Ana entraban en funcionamiento unos stands en los que se daba a conocer la realidad pastoral de la diócesis y su servicio a la sociedad canaria, en el interior del templo catedralicio se sucedían algunos testimonios de personas comprometidas en diversos servicios, desde su fe: acompañamiento a personas solitarias y marginadas, opción por el acogimiento familiar, compromiso político, trabajo con jóvenes, y atención social desde Cáritas. Para sorpresa de muchos, Miriam Tejera –coordinadora del Centro Juvenil Confeti y madre del colegio salesiano– subió a la tribuna con su hija Carmen. Ambas contaron su experiencia de haberse convertido en familia de acogida para otros niños que les son confiados temporalmente por la Administración Pública. Así está viviendo algunos años de su infancia la niña A.M.S. y, hasta el año pasado, los niños J.H.G. y E.S.P., quienes ya conviven con sendas familias de adopción.

Concluyó el encuentro a primera hora de la tarde con la celebración de la eucaristía y con un gesto final: en la plaza se formó una cruz multicolor con todos los participantes. El obispo, don Francisco Cases, recalcó el significado del signo: es preciso vivir de cara al exterior, de puertas a fuera, llevando el evangelio a la calle y a quienes más lo necesitan.

Fuente: La Provincia