El próximo lunes 7 de mayo, a las ocho de la tarde, se celebrará en la parroquia de Santa Catalina la eucaristía en recuerdo agradecido por la vida entregada del salesiano sacerdote grancanario don Manuel Luis Hernández Hernández, conocido y querido por muchos como «El Father». Si bien los últimos decenios de su vida los pasó en la ciudad de Córdoba, don Luis no dejaba de visitar su tierra cada verano, mientras la salud se lo permitió.

Los últimos años fue atendido por los hermanos y las enfermeras en la casa Don Pedro Ricaldone, para hermanos mayores y enfermos. De allí subió al encuentro del Padre en la madrugada del pasado 27 de abril culminando, tras 79 años como salesiano y 70 de sacerdocio, una vida de total entrega a Dios y a los jóvenes.

 

 

Algunos datos biográficos

Don Manuel Luis Hernández Hernández había nacido en Tejeda el 23 de octubre de 1921; por tanto, se disponía a cumplir 97 años. Sus padres eran don José Hernández y doña Jesús Hernández, que tuvieron seis hijos. Además de don Luis, Pepita, religiosa Hija de la Caridad; Juan, muerto en Lopera (Jaén) durante la Guerra civil del 36; Rosa, maestra nacional; Antonio, religioso paúl; y Manuel, el único superviviente hoy de su familia.

Don Luis comenzó de alumno en el colegio salesiano de Las Palmas de Gran Canaria en los años 1931 y 1932, siendo director el recordado don Antonio Espinosa. Marchó entonces al seminario salesiano de Montilla (Córdoba) para estudiar durante cuatro años los cursos de Latín. De allí marcha en 1937 a San José del Valle, Cádiz, para realizar el noviciado. Profesó como salesiano de Don Bosco el 12 de septiembre de 1938, convirtiéndose de ese modo en el primer salesiano hijo de las islas Canarias.

Durante los tres años siguientes imparte clases en varios centros de Andalucía antes de trasladarse a Carabanchel Alto en Madrid para su formación en Teología. El 22 de junio de 1947 se ordena sacerdote en la capital madrileña y canta su primera misa en Tejeda el 7 de julio.

Como sacerdote ejerce su ministerio en los colegios salesianos de Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, y como director en los de Teror y Santa María de Guía. Concluye su vida como docente durante cuarenta años en Córdoba, donde permaneció desde desde 1976 a 2016, después de un periodo en Priego de Córdoba (1969-1974).

Durante los veranos viajaba a Inglaterra para suplir al párroco de una localidad por vacaciones, y perfeccionar su dominio del inglés, convirtiéndose así en el «Father» como le llamaban afectuosamente sus alumnos. En efecto, fue uno de los pioneros de la enseñanza de la lengua inglesa en los colegios salesianos, cuando aún el francés mantenía una posición de privilegio en la educación.

Jubilado ya siguió dando clases particulares de inglés a domicilio, a la par que colaboraba en la parroquia cordobesa de San Basilio.

Los últimos tres años de su vida discurrieron en la comunidad Don Pedro Ricaldone, de Sevilla, para salesianos mayores y enfermos. Allí murió en la madrugada del pasado viernes 27 de abril. Fue enterrado este pasado fin de semana en Córdoba, donde era tan querido y admirado por su bondad, su perenne sonrisa y su entrega a todos.