Redacción.

Cristóbal Déniz, obispo auxiliar de Canarias, presidió la misa del domingo 24 en la parroquia María Auxiliadora del popular barrio del Barranquillo. Un buen número de feligreses participó en la eucaristía concelebrada por su párroco José Luis Burguera y Carmelo Pulido, director de la casa salesiana de la capital grancanaria.

Hacía más de diez años que un obispo no ponía pie en la coqueta iglesia salesiana del Barranquillo Don Zoilo, así que la visita del obispo Déniz fue muy bien acogida por la feligresía y por los vecinos del barrio. Con su presencia, don Cristóbal respondía a una invitación del párroco y, además, ponía el colofón a sus tres años de ministerio parroquial en el barrio.

En sus palabras de despedida a la comunidad, el párroco agradeció los tres años pasados juntos, muy intensos y con varios momentos difíciles como los peores meses de la pandemia. Explicó que lo mejor de la parroquia no era la evidente mejora material del templo sino las vidas de sus feligreses, de los vecinos y de los destinatarios del grupo de Cáritas. Y acabó de forma emotiva asegurando que llevaba a toda la comunidad y a Canarias en el corazón. Su nuevo destino será ahora la casa de formación inicial salesiana Bartolomé Blanco, de Sevilla. Respondió el obispo dando gracias a José Luis Burguera por su entrega pastoral y poniendo de manifiesto la amistad que los une.

La bendición de María Auxiliadora en su conmemoración mensual y una foto de familia pusieron el broche de oro a visita episcopal, largamente esperada y a la despedida de quien estuvo al frente de la parroquia en estos últimos tres años.