En el día de hoy ha concluido el ciclo de convivencias escolares del curso 2017-2018, celebradas en la villa de Teror. Desde el mes de octubre, curso a curso  todos los alumnos desde desde 2.º Bachillerato hasta 1.º ESO han ido subiendo con sus tutores y el coordinador de Pastoral Escolar, Miguel Ángel Moreno Nuño, a la villa mariana a celebrar un día de actividades en torno a dos grandes núcleos: el conocimiento del origen de la arraiga devoción de la Virgen del Pino en Gran Canaria, y el descubrimiento de algunos aspectos culturales de la ciudad.

Para ello, los alumnos visitaban cada miércoles el camarín y las habitaciones contiguas («tesoro») de la Virgen del Pino. Allí recibían una sencilla explicación por parte del encargado de la actividad sobre la historia de la devoción al Pino.

Tras la celebración de la eucaristía, en la misma basílica, y el desayuno, daba comienzo un juego de ciudad por las calles de la villa. Divididos en pequeños grupos, los alumnos tenían por misión resolver una serie de pruebas relacionadas con la historia y la cultura terorense.

Esta dinámica se enmarca dentro de un ciclo de convivencias religiosas y culturales que empezó a ponerse en funcionamiento hace tres años. «El primer año –cuenta Miguel Ángel Moreno– experimentamos este modelo yéndonos a Vegueta. Era el Año de la Misericordia, y toda la Secundaria y el Bachillerato ganó el jubileo peregrinando hasta la catedral. El año pasado el motivo de la visita fue el Cristo de Telde, y un juego por el barrio de San Juan en la ciudad de los faycanes. Y este año, con motivo del 250.º aniversario de la construcción de la basílica del Pino, hemos estado subiendo hasta Teror. ¿El año que viene? Posiblemente, Arucas, pero ya se verá…».

La experiencia de los tres años consecutivos de ejecución de este modelo resulta positiva. «Los alumnos vienen con ganas a la convivencia, y la esperan con ilusión. El modelo clásico de una convivencia de corte reflexivo, encerrados en un salón parroquial o en una clase, con PowerPoints, vídeos, documentos, momentos de grupos… estaba agotado. Pero, siendo honestos, tampoco esta modalidad es eterna ni es la panacea», recalca el coordinador de Pastoral.