En el Día de las Letras Canarias, recuperamos una entrevista concedida en 2016 por la profesora de nuestro colegio, Blanca Hernández, a Isla de Lecturas. Blanca habla con pasión sobre la escritora terorense Pino Ojeda, de cuya producción literaria es una de las mejores especialistas en nuestro país. A Blanca Hernández debemos, en efecto, la más reciente edición de la obra poética de Pino Ojeda.
¿Qué te has propuesto con este volumen que recoge la producción poética de Pino Ojeda?
La publicación de la Obra Poética de Pino Ojeda conmemora el centenario de su nacimiento. Además, el objetivo de esta edición es rescatar, visibilizar y difundir la obra de una escritora canaria que, contra todo pronóstico, vive haciendo lo que más le gusta: escribir y pintar. Salir adelante siendo mujer, viuda y con un hijo supone todo un reto en la precaria sociedad de aquella época, una sociedad conservadora y con un fuerte arraigo patriarcal, que obligaba a la mujer a mantener un orden estricto que con frecuencia anulaba sus aspiraciones personales.
Por eso, Pino Ojeda es un ejemplo de mujer que vive a contracorriente, y su vida y su obra lo certifican: se forma de manera autodidacta, comienza a colaborar en periódicos y revistas literarias, publica su primer libro, Niebla de sueño, en1947, con sus propios ahorros, funde y dirige la revista Alisio, Hojas de poesía donde publican tanto poetas canarios como de la Península, como Gerardo Diego, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Carmen Conde, Ventura Doreste, Pedro Lezcano y Chona Madera entre otros. Abre una Galería de Arte donde organiza exposiciones de artistas locales y extranjeros, en 1956 gana el premio de poesía Tomás Morales con el libro La piedra sobre la colina, sigue publicando y escribiendo libros y obtiene el premio mundial de Poesía Mística Fernando Rielo en 1991.
Romper con el rol establecido para la mujer significa exponerse a un juicio de abyección que pone en evidencia las limitaciones impuestas al género. Adelantada a su tiempo, Pino Ojeda entiende la importancia de la formación intelectual, y abre senderos, inquebrantables para la mujer, rompiendo con los convencionalismos del patriarcado que aparta a las mujeres de formar parte del arte, de la música, de la pintura, de los libros, del mundo.
Pino Ojeda se convierte en una precursora, en el testimonio de la existencia de una nueva mujer inconformista que decide ser dueña de su vida y dedicarse a la creatividad.
Quizá, hoy, desde la perspectiva del siglo XXI, las cosas se ven de otra manera y la mujer ha avanzado en el terreno de la igualdad, sin que esto suponga el retroceso del hombre. Pero, en este proceso de normalización hacia la igualdad en que hoy nos encontramos, resulta imprescindible el reconocimiento de la labor llevada a cabo por aquellas mujeres que se atrevieron a derribar las puertas cerradas por las que hoy podemos transitar con libertad, y una parte se lo debemos a Pino Ojeda. Esta publicación significa un reconocimiento y el rescate del limbo de su olvido literario, y, a su vez, una reivindicación de la lectura y del estudio de su obra.
¿Crees que tanto la obra de Pino Ojeda como su contribución a la cultura de Canarias ha sido lo suficientemente valorada hasta el momento?
No debemos olvidar que la historia de las mujeres es la historia de la invisibilidad, la historia de esa otra mirada, de esas otras voces, que siempre han existido, pero que han sido silenciadas, porque invisibilidad no significa ausencia, sino aquello que no puede o quiere ser visto, y Pino Ojeda no ha sido una excepción. En los últimos años, importantes trabajos de investigación se han ocupado de recuperar, analizar y divulgar el trabajo y la contribución al mundo de la cultura de infinidad de mujeres cuya presencia ha sido ignorada, pero, en muchas ocasiones, esta labor se circunscribe al ámbito académico y no transciende, sigue faltando un nivel de difusión más amplio para que su conocimiento y su valoración llegue a un público más extenso. Estos estudios deberían tener una correlación en la realidad.
¿Eres de las que consideran que hace falta una revisión rigurosa en el estudio sobre la importancia y la vigencia de la producción literaria femenina en Canarias? ¿A qué se puede atribuir ese escaso interés en caso de que tu respuesta fuera afirmativa?
Sí, creo que urge una revisión del canon literario y la reconstrucción de un canon en femenino y en masculino. El proceso de selección del canon literario ha sido conformado por los agentes culturales de cada época, es decir por hombres, bajo criterios, en ocasiones, subjetivos, y se ha convertido en un elemento de transmisión cultural, en un espejo de la identidad cultural de cada tiempo.
Si revisamos los libros de texto que se utilizan en la ESO y en Bachillerato podemos comprobar que el canon no ha sido revisado, pese a los estudios y recuperación de obras escritas por mujeres. En esos libros apenas aparecen nombres de escritoras frente a una extensa lista de escritores. Las escritoras siguen estando ausentes en las clases de Literatura. La educación, como herramienta de transmisión cultural, se convierte en cómplice del desconocimiento de las escritoras y transmite a los estudiantes una formación incompleta y una visión sesgada y distorsionada de la realidad que preserva la invisibilidad de las mujeres en el devenir histórico y cultural. No revisar el canon supone la constatación de una sociedad que ha promulgado el aislamiento de la mujer de la vida cultural, y demuestra una falta de rigor académico.
Las desigualdades de género no han desaparecido de la sociedad, y la literatura se hace eco de ello. En Canarias se ha ido creando una tradición de escritoras que siguen permaneciendo casi desconocida. Si nos centramos en el siglo XX, encontramos, en la primera mitad nombres como los de Ignacia de Lara o Josefina de la Torre; en la década de los cuarenta: Pino Ojeda, Chona Madera o Pino Betancor; en los años sesenta y setenta: Pilar Lojendio, Ana Mª Fagundo, Natalia Sosa, Elsa López o Cecilia Domínguez; a finales del siglo XX: Dolores Campos-Herrero, Paula Nogales, Verónica García o Tina Suárez entre otras.
Nombres desconocidos para el gran público en general, pero que han contribuido a enriquecer la literatura aportando diferentes puntos de vistas. Han tratados temas nuevos y temas de siempre desde una perspectiva diferente: el amor, la maternidad, la sensualidad, la exploración de su sexualidad, en algunos casos, el replanteamiento de su labor como mujer, expresan su deseo de libertad, son conscientes de la plenitud de sus deseos y de que lo femenino, tradicionalmente asociado a lo delicado, les ha atrapado en un mundo que no se corresponde con sus anhelos.
¿Cómo definirías la poética de Pino Ojeda? ¿A través de qué rasgos podemos identificar su manera de concebir la poesía?
Su producción poética se incluye en la generación de los años cuarenta y cincuenta, una época marcada por la dictadura y la censura, que da lugar a una poesía realista centrada en la denuncia social y el compromiso político. Sin embargo, Pino Ojeda opta por otra vía poética y abre paso a una línea más reflexiva y subjetiva. Concibe la poesía como un camino de exploración personal y desarrolla una obra de corte intimista.
Como escritora, en sus inicios, se alinea con las tendencias literarias propuestas por la Generación del 27: Gerardo Diego, Pedro Salinas y Vicente Alexandre son sus principales referentes. Pero, según avanza su trayectoria poética, se hace con un estilo que absorbe y transforma las influencias literarias que le preceden y desarrolla una voz propia. En cada libro va adquiriendo una mayor madurez y complejidad.
La falta de referentes de escritoras y la manera en que se ha condicionado la vida de la mujer, estrangulada en un universo masculino, ha condicionado, en ocasiones, la escritura de las mujeres, que han tenido que explorar primero su interior, hablar de sí mismas, ya que acceden a la literatura con posterioridad al hombre.
Sus escritos toman forma de diario personal, resultado de un proceso de exploración, y su obra poética vertebra con pasión sus principales ejes temáticos: el amor, la búsqueda y los sueños.
A lo largo de su carrera literaria, se va haciendo con un estilo, entendido como un espacio, donde habitan sus dudas, sus incertidumbres, y concebido a partir de un lenguaje que nace de la necesidad irremediable de haber querido contarlo todo, un lenguaje capaz de expresar su relación con el mundo y de dar forma a la trama de su vida, como si fuese la poesía quien pusiese trama a su vida y no al revés. Por eso, tal vez, su poesía está estrechamente ligada a instantes, a momentos de deslumbramiento en que nace una idea relacionada con experiencias vitales.
A tu juicio ¿cuál es la obra más certera y lograda de la poeta canaria?
Creo que su primer libro Niebla de sueño (1947) se presenta como una declaración de intenciones que define su propósito de asumir y crear una voz poética propia, y de ahondar en los temas que más le interesan. Se trata de un poemario que rebela la fuerza de su voz, que se irá consolidando en sus siguientes escritos. Ya, en su siguiente libro, Como el fruto en el árbol (1954), desarrolla ese caudal imaginativo que se refiere al yo, pero que es capaz de transcender a lo universal. En general, Pino Ojeda consigue que el lector se identifique con su poesía
¿Crees que la dimensión literaria de Pino Ojeda hubiera sido otra de haberse marchado a la península para desarrollarla con más intensidad y exigencia?
Creo que no, principalmente, por su condición de mujer y por la época en que desarrolla su labor literaria, una época marcada por la dictadura y la censura, y que sólo daba voz a determinada poesía. Ya le ocurrió a Josefina de la Torre, una escritora canaria que desarrolló su labor literaria en Madrid y alcanzó cierto reconocimiento en su época, hecho que no la libró de caer en el olvido literario hasta hace poco años en que ha comenzado el rescate de su obra.
¿Y de vivir otro tiempo y en otra época, qué metas cree que hubiera alcanzado Pino Ojeda?
Supongo que, si hubiese vivido en esta época, su obra habría tenido más proyección, pero también habría sido distinta. El contexto socio cultural condiciona la producción literaria. La situación de la mujer en la actualidad es muy diferente a la de su época: el acceso a la educación y al trabajo, la presencia en la vida cultural y social, etc. Hoy no hubiese tenido que enfrentarse a los mismos obstáculos, quizá hubiese tenido otros referentes literarios, tal vez femeninos, y hubiese abordado su temática desde otra perspectiva. Pero, creo que, por su carácter, también hubiese sido una mujer innovadora y que alcanzase su meta, tal y como hizo en la época en que le tocó vivir.
Avanzas en tu introducción que aún permanecen inéditas algunas de sus creaciones de poesía, novela y teatro. ¿Crees sería bueno que el conjunto de la obra de Pino Ojeda viera la luz de manera compilada?
Sí, sigue pendiente la publicación y el estudio de su obra inédita, sobre todo de su obra en prosa.
¿Qué situación dirías que vive el momento actual de la creación literaria femenina en las islas?
Surgen nuevas poetas que consolidan y enriquecen el panorama literario en las islas. Nombres como los de Kenia Martín, Covadonga García, Nira Rodríguez, Alcerina Cruz, Alba Sabina, Alicia Méndez y Maiki Martín entre otras. Poetas que siguen reflexionando sobre el papel y la imagen de la mujer en la sociedad actual, ahondan en la búsqueda de la identidad, en ocasiones, con una conciencia feminista que afianza el camino hacia la igualdad. Pero, además del interior: salen a explorar el exterior, la realidad más cercana, la cotidianeidad, y también ofrecen sus poemas como antídoto contra la deshumanización, consecuencia del materialismo y la desafección, ofrecen el ritmo de sus versos como un revulsivo contra el estrés y la miseria. Tienen mucho que aportar a la literatura en general, y también a la creación de nuevos referentes desde los que analizar nuestra realidad.
Blanca Hernández Quintana es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Profesora de Lengua y Literatura en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en el Colegio Salesiano Sagrado Corazón de Jesús, de la capital grancanaria. Su trayectoria investigadora se centra en la literatura escrita por mujeres en el siglo XX. Algunos de sus libros publicados son Escritoras canarias del siglo XX, Lunas de la voz ausente, Desde su ventana: antología, y Diccionario de escritoras canarias del siglo XX, entre otros. Ha participado en diversos Congresos y ha impartido seminarios sobre «Mujer y literatura en Canarias en el siglo XX».
Fuente: isladelecturas.com
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